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Había tenido noticia de que llegaría al país el pensador marxista e ideólogo de la IV Internacional, Ernest Mandel, invitado especialmente por el CELA (Centro de Estudios latinoamericanos),, y pensé que se me presentaba la oportunidad de abordarlo, animándome aún más cuando un profesor de Economía de la Universidad Nacional de Bogotá me dijo que Mandel sería presentado en el auditorio de la Facultad de Derecho de esta universidad, dictando una charla sobre “La crisis del Capitalismo” que se efectuaría en ese mes de Octubre. Me trasladé muy temprano a la facultad de derecho cuando ya había numerosos interesados en la charla del pensador. A eso de las 9 a.m. hizo su aparición un hombre sencillo, de cabello abundante y canoso y de andar lento, rodeado de multitud de estudiantes, profesores, y asistentes a la conferencia, quienes intentaban acercársele y darle la mano. Seguidamente comenz6 su disertaci6n al frente de un auditorio tan numeroso que el espacio del auditorio result6 insuficiente para albergar a tan gran cantidad de oyentes. Al final de la conferencia le planteé la posibilidad de la entrevista y me respondi6 que estaba muy ocupado y que tenía una conferencia en otro lugar. Yo me desanimé; pero al momento se volvi6 y me dijo en un español muy claro “páseme las preguntas que yo se las respondo desde París”. Se las entregue con la esperanza de que me las contestara, y aquí esta su promesa, en las siguientes líneas.

Antes de abordar la entrevista quisiera recordar que el profesor Ernest Mandel es considerado como uno de los pensadores marxistas de mayor solvencia intelectual. Es también autor de numerosos trabajos teóricos sobre el marxismo entre los cuales se destacan: Tratado de economía marxista” publicado en 1962. “Preguntas y respuestas sobre la historia del partido comunista de la URSS. “Teoría marxista de la Alienación”, 1970. “La formación del pensamiento económico de Marx de 1843 a la redacción de El Capital: Estudio Genético”, 1967.

ENTREVISTA

P.: ¿Profesor Mandel, cual será Ia validez de Ia critica hecha por Rudolf Bahro al socialismo realmente existente?

R.: Las críticas de Bahro a las condiciones realmente existentes en la sociedad de transición entre el capitalismo y el socialismo son en general justas. Pero las proposiciones de receso sufren gravemente de una subestimación del papel determinante de la clase obrera como fuerza principal para abolir la dictadura burocrática y para reemplazarla por la democracia socialista. Los eventos de Polonia confirman a este propósito la validez de la tesis de Ia Cuarta Internacional.

P.: Maestro: ¿Qué piensa usted de Ia afirmación que dice que el marxismo se encuentra en crisis?

R.: Yo no creo que el marxismo esté en crisis. Quienes están en crisis son el imperialismo, el capitalismo, y en los estados obreros burocráticos, la dictadura burocrática. Las crisis llevan a la humanidad hacia Ia catástrofe. La única solución es la reorganización de Ia sociedad sobre una base socialista a partir del poder democrático de los concejos de trabajadores y de los concejos populares agrupados en una federación socialista mundial. El marxismo es ante todo un análisis rigurosamente científico de Ia realidad objetiva y de las perspectivas de acción de las clases explotadas y oprimidas en sus luchas de Liberación. Un “marxismo” que busca ocultar Ia realidad para justificar determinadas orientaciones políticas, es evidentemente un falso marxismo que entra en crisis cuando el capitalismo y la burocracia entran en crisis. El verdadero marxismo objetivo, criticó, abierto, este en su más plena cenitud.

P.: Usted, como conocedor de la teoría de la organización marxista no cree que el actual auge en la lucha armada revolucionaria ha rebasado los esquemas organizativos de partido hasta hace poco vigentes?

R.: La concepción leninista de partido no se funda sobre un esquema de organización, sino sobre un análisis histórico de la formación de la conciencia clase del proletariado; sobre su diferenciaci6n interna, sobre la discontinuidad de su acción, sobre la dialéctica necesaria vanguardia-masas. Yo no veo que el curso actual de Ia revolución mundial cuestione este análisis.

P.: Profesor, qua significa el gobierno social-demócrata de Mitterrand para el movimiento obrero a nivel mundial?

R.: La llegada al poder del gobierno Mitterand-Mauroy explica, con retardo y sobre un plan electoral-parlamentario de la modificación de las relaciones de fuerza entre el capitalismo y el trabajo en Francia espectacularmente manifestadas en Ia huelga’ general de mayo del 68. Pero la expresión electoral parlamentaria de confrontaciones de fuerzas favorables al proletariado se está haciendo bajo directrices reformistas y con el mantenimiento del estado burgués y del modo de producción capitalista. En esas condiciones el movimiento obrero mundial no puede esperar gran cosa del hecho de que el imperialismo francés se encuentre momentáneamente dirigido por los socialdemócratas. Se producirán cambios políticos profundos en Francia si las masas trabajadoras utilizan el proceso para propinar cada vez más, golpes decisivos a la burguesa francesa.

P.: Cual es Ia posición de Ia IV Internacional frente al avance revolucionario en Ia América Central? ¿No rebasa sus programas un tanto obreristas?

R.: Para Marx y el marxismo, la construcción de una sociedad socialista, sin clases, no se puede efectuar más que por una clase social objetiva y subjetivamente preparada al efecto. Sólo el proletariado, la clase de los trabajadores asalariados se encuentra en estas condiciones. El desarrollo del capitalismo en la época imperialista se efectúa bajo la ley del desarrollo desigual y combinado, que incorpora en la lucha revolucionaria unas fuerzas no proletarias, importan­tes, tales como el campesinado, la pequeña burguesía urba­na, y los grupos marginales de Ia población. La base numérica y objetivamente mayoritaria de estos grupos en un país dado, puede determinar un proceso revolucionario de las for­mas clásicas de la revolución proletaria. Incluso, la revolución se ha dado en países donde el proletariado no es hegemónico, y este es el caso de un gran número de pases semi-coloniales y dependientes.

Realizó esta entrevista para la revista Punto de Partida, Numas Armando Gil Olivera.